Hoy, como véreis, en el apartado de "cuentos y relatos", he combinado prosa/verso, ya que, en este caso específico, interconectan a la perfección, logrando así un mayor abanico de posibilidades para barajar conclusiones.
LA LIBERTAD (soneto asonante)
A menudo te busco sin hallarte
¿acaso libertad no te merezco?
¿dónde vas?, ¿dónde diriges tu vuelo?
dime que debo hacer para encontrarte.
Quiero volar contigo, a cualquier parte,
sin temor, sin oscuridad, sin miedo,
quiero ser libre, tanto como el sueño,
los pájaros, el mar, el aire. Amarte,
romper con odios, ser piel de alborada
sin camuflar mi yo de maquillaje.
Quiero alejar la envidia que nos daña,
poder cuidar y alimentar el alma
llevando libertad en mi equipaje,
quiero reír, cantar a la esperanza.
Me llamo Libertad. Casi todos habéis oido hablar de mí. Muchos me encontrasteis y permitísteis que formase parte de vuestras vidas, pero yo quiero dirigirme a todos aquellos que me buscáis incesantemente sin posibilidad de hallarme, a los que me rechazáis e ignoráis y a quienes ni tan siquiera sois conscientes de mi existencia. A todos vosotros deseo explicaros que existo desde que el mundo es mundo y que mis adeptos son libres igual que yo. Me considero como un valor natural e inherente a vuestra propia vida. Sólo pretendo posibilitaros el modo de conocerme y para ello os haré partícipes de mis pensamientos y actuaciones.
Comenzaré por explicaros una serie de conceptos que casan perfectamente con la falta de libertad y os hablaré, por supuesto, de los que me son afines para que podáis contrastar ambas posibilidades. Quiero que reflexionéis sobre ellas y os pido máxima objetividad en vuestras conclusiones.
¿Habéis oido hablar de gobiernos dictatoriales, con leyes que cohartan la libertad?; es evidente que sí, pues, en difinitiva, muchos de vosotros sois sus creadores. ¿Os habéis parado a pensar en las consecuencias derivadas de esa mala política?: imposibilidad de expresar ideas propias, represión en actos sociales, culturales, o políticos, a menudo de forma violenta y que os convierten en seres temerosos y dependientes impidiendo desarrollaros como personas. ¿No será mejor un mundo cuya fuerza sea la construcción en pro de una mejor convivencia colectiva en lugar de destruir valores humanos utilizando métodos represivos? Yo no encajo en ese escenario, pues me anuláis imposibilitando que pueda darme a conocer. Únicamente soy capaz de desarrollarme dentro de gobiernos democráticos, con leyes democráticas y poderes jurídicos encargados de que se cumplan para evitar que un exceso de libertad pueda induciros a invadir derechos y libertades ajenas. Esas limitaciones las necesitáis en vuestras vidas, si no correríais el riesgo de convertir la sociedad en una anarquía o en un libertinaje, y el orden y la mesura son primordiales para una buena convivencia.
Quiero hablaros también del terrorismo y de las guerras, esa lacra social alimentada por vosotros mismos con vuestras envidias, odios, ansias de poder. ¿Sabéis que una de las causas de la miseria y la esclavitud que enfanga el mundo es esa despreciable política en aras de mil intereses creados en beneficio vuestro? Me dirijo, en particular, a los que os consideráis poderosos, a los que pretendéis dominar el mundo impidiendo vivir con dignidad al resto de vuestros semejantes. Yo no utilizo armas letales, ni violentas, ni represivas. Mi deseo es poder acceder a vosotros haciendo uso exclusivo de la palabra, pues mi trayectoria vital a lo largo de miles y miles de años es aval suficiente para merecer vuestra credibilidad. Mi lucha consiste en propagar el diálogo y buscar el entendimiento para solucionar problemas, propagar la tolerancia, la transigencia, la generosidad, la libertad de opinión, el respeto a las creencias de cada cual; pretendo conseguir igualdad de derechos a todos los niveles y, muy particularmente, a nivel cultural, pues gracias a los conocimientos os valoraréis más y podréis comprender mejor a los que piensan diferente. Debéis saber que la ignorancia bloquea cerebros y os convierte en esclavos de vuestro entorno y de vosotros mismos. Mi deseo y mi empeño es impedir que las injusticias entren por vuestra puerta. A partir de ahí, sois vosotros quienes debéis actuar y si deseáis encontrarme y conocerme os aconsejo que empecéis por liberar vuestras conciencias practicando la independencia mental, manteneros íntegros huyendo de influencias externas y hacer buen uso de vuestra inteligencia ya que sólo a vosotros compete elegir el camino correcto y seguir luchando por una sociedad libre y sana. Mi puerta estará siempre abierta a todos. Recapacitad y pensad por un momento en las heridas abiertas que vais dejando a vuestro paso. Es necesario que las cerréis para evitar que la sociedad se contamine del todo y no haya vacuna posible para recuperarla.