SHANGAI |
VIGILIA
Me invaden los sonidos taciturnos
y esas miradas frías, sin lenguaje,
que se cobijan en mi hogar; me invaden
las horas atrapadas en lo absurdo
mientras tú enciendes lunas. ¡Cuán injusto
es el juego de la distancia! Dame
algún beso, tu mano, abrázame
aunque sea por un instante. Busco
en mi vigilia ese gran corazón
de amante infiel que, sin delicadeza,
me abandona en el mar de la ansiedad
para excitar su ego, sin pudor,
en otra isla que le llame. Presa
estoy sin ti en este oscuro umbral.