domingo, 22 de marzo de 2020



IMAGEN TOMADA DE LA RED



Estimados amigos/as, estimados poetas 

Hoy, después de mucho tiempo alejada de vosotros y dadas las circunstancias que nos afectan a todos, como consecuencia del Corona virus, he sentido la necesidad de comunicarme a través de este pequeño rincón al que amo y que, aunque, últimamente solitario, mantengo vivo. Se que la poesía nos une de un modo u otro y por muy lejos que nos hallemos, este nexo siempre será irrompible.
Pero hoy, no voy a publicar ningún poema. Hoy toca reflexionar muy a fondo y replantearnos como y que hacemos nosotros, para mejorar este mundo en el que vivimos. 










TIEMPOS DE REFLEXIÓN


Estamos viviendo tiempos difíciles, muy difíciles, pero quiero pensar que de este confinamiento obligado, largo e impredecible debido a las circunstancias que todos conocemos, de esta exclusión indeseada pero necesaria que nos aísla de nuestra familia, de nuestros padres, de nuestros hijos, de nuestros amigos, de nuestro trabajo, etc, que está cambiando nuestros esquemas vitales, tiene que dejarnos lecciones positivas.

Es momento de empezar a reflexionar, a valorar todas esas pequeñas cosas a las que no dábamos importancia  y que nuestros ojos tal vez no sabían ver y que son las que más luz y paz pueden aportarnos. Hoy que nos falta ese contacto humano, lo valoramos mucho más, no dejemos de hacerlo después, cuando todo esto acabe, no dejemos de hacerlo, por favor;  hoy que nos falta esa sensación de libertad cuando uno sale a la calle, la valoramos mucho más, hoy que nos falta la conversación con un amigo, lo valoramos mucho más; hoy que nos faltan las tertulias familiares, las valoramos más; hoy, que sabemos que muchos nos han dejado y otros muchos nos dejarán por culpa de esta pandemia horrible, nos duele su dolor como si fuese el nuestro,  aún sin conocerlos; hoy que la vida pone a prueba nuestra calidad humana,  demos-le una razón para que no deba llorar. 

Todos y cada uno de nosotros convivimos rodeados de energía positiva y negativa, en realidad es una lucha constante entre ambas; emociones, sentimientos negativos que a todo ser humano nos son inherentes en mayor o menor grado en algún momento de la vida, pero también están los sentimientos buenos, esos que nos ayudan a ser mejores personas, a luchar, a vivir en paz con nosotros mismos y con los demás. Estoy segura, que en estos momentos duros está aflorando en todos y cada uno de nosotros esa parte buena y hermosa que poseemos, tan sólo es cuestión de alimentarla diariamente, educar a nuestro cerebro, que todo lo absorbe, impregnándolo de todas esas emociones positivas que puedan estar dormidas en nuestro interior. Personalmente, a mi, esta situación me está empujando a ser mejor persona, y estoy agradecida por ello. 

Un abrazo a todos vosotros. 

P.D

Quiero agradecer a todo el equipo sanitario su dedicación al límite en estos días, a las fuerzas de seguridad, a repartidores, celadores, personal de servicios, y en general, a toda la masa humana que hacen un esfuerzo inaudito a pesar de las limitaciones a que se ven sometidos.

Gracias.