A MODO DE INTRODUCCIÓN
2000 - 2015
Objetivos para el Milenio de Naciones Unidas.
Los
estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron en el año 2000 la
Declaración del Milenio en el cual se comprometieron a liberar a la
humanidad de la guerra, la pobreza extrema y la amenaza de vivir en un
planeta estropeado por la actividad humana.
Los
miembros del grupo de poesía ALGA colaboramos y nos comprometemos
aportando nuestro granito de arena en esta tarea, con la edición anual
de un número extraordinario.
Hoy os invito a que leáis este cuento que escribí para el número extraordinario de este año (octubre-2013). En esta ocasión, las jornadas de solidaridad dedicadas al segundo objetivo del Milenio buscan garantizar que todos los niños del mundo puedan acabar un ciclo completo de educación primaria.
EL PEQUEÑO LUCAS Y LOS LIBROS MÁGICOS
Los habitantes de Sarcus estaban muy preocupados por el inminente cierre de la escuela. Se comentaba que el motivo era debido al reducido número de alumnos. Uno de aquellos estudiantes se llamaba Lucas. Tenía ocho años y era un niño dicharachero, muy travieso y de buen corazón. Le entusiasmaba el ambiente de la escuela y, sobre todo, los libros, que se habían convertido en su principal entretenimiento. Leía y leía sin cesar creando su particular mundo fantástico. Sus padres no entendían muy bien aquella desmedida afición.
Una de las travesuras que más divertían al pequeño era garabatear en los cuadernos de sus compañeros, pero un día la señorita Carmen le pilló infraganti y se ganó un castigo: quedarse sin recreo, aunque, eso sí, le prohibió tocar un solo libro dada su afición por ellos. A Lucas le entró tal rabieta por la condición impuesta que una vez a solas empezó a patalear y patalear sin control. Tan cerca estaba de la estantería que sin darse cuenta chocó con ella y como en cadena fueron cayendo al suelo uno, dos, tres y más y más libros. Una serie de quejidos fue la respuesta:
- ¡Aaaahhhh...!, ¡uuuuyyyy...!
Al pequeño se le pusieron los ojos como platos. ¿Estaban quejándose los libros?
Asustado guardó silencio. Una voz potente y afónica empezó a dar órdenes y consejos. Hablaba de ponerse a trabajar para que la tarea que les había sido encomendada finalizase con éxito. Era la vieja enciclopedia. Lucas estaba viviendo un sueño. Su miedo se fue transformando en una grata sensación que le hacía sentir importante. Empezó a recoger todos los libros que habían caído y los colocó de nuevo en la estantería al tiempo que exclamaba:
- Os he oido hablar, os he oido hablar...
- Si, claro, estamos hablando, ¿tú no sabes que los libros podemos hablar?, le respondió la voz afónica.
- ¿Podéis hablar?
- Por supuesto, ¿no lo ves?, lo que sucede que muchos niños y también muchos mayores no saben escucharnos.
- Claro, como mi amiguito Saïd que no sabe leer porque sus papas son muy pobres y no le pueden llevar a la escuela.
- Lucas
- ¿Sí?
- ¿Prometes guardarnos un secreto?
- ¿Qué secreto?
- Uno muy importante para la escuela
- ¿Para la escuela?, no la van a cerrar, ¿verdad?
- No, no la van a cerrar.
- Pues, vale...
- ¿Secreto de amigos, entonces?
- Sí, secreto de amigos.
Y Lucas escuchó atentamente con la emoción en el pecho y sin pestañear aquel gran secreto compartido que tan importante le estaba haciendo sentir, sobre todo porque la escuela no se cerraría ni sus amigos serían olvidados.
- Silencio, alguien viene...
- Si, claro, estamos hablando, ¿tú no sabes que los libros podemos hablar?, le respondió la voz afónica.
- ¿Podéis hablar?
- Por supuesto, ¿no lo ves?, lo que sucede que muchos niños y también muchos mayores no saben escucharnos.
- Claro, como mi amiguito Saïd que no sabe leer porque sus papas son muy pobres y no le pueden llevar a la escuela.
- Lucas
- ¿Sí?
- ¿Prometes guardarnos un secreto?
- ¿Qué secreto?
- Uno muy importante para la escuela
- ¿Para la escuela?, no la van a cerrar, ¿verdad?
- No, no la van a cerrar.
- Pues, vale...
- ¿Secreto de amigos, entonces?
- Sí, secreto de amigos.
Y Lucas escuchó atentamente con la emoción en el pecho y sin pestañear aquel gran secreto compartido que tan importante le estaba haciendo sentir, sobre todo porque la escuela no se cerraría ni sus amigos serían olvidados.
- Silencio, alguien viene...
De pronto, un señor con cara de antipático irrumpió en el aula. El pequeño se escondió tras los estantes mientras una serie de carraspeos despertaron la curiosidad del desconocido.
- ¿Quién anda ahí? - decía, mientras se acercaba a la zona de donde procedían los sonidos. Rozó uno de los libros, y, de nuevo, uno tras otro fueron cayendo, pero en esta ocasión encima suyo. El señor antipático intentó recogerlos, sin embargo a él no le obedecieron. Libro que recogía, libro que le caía encima. Era una revolución literaria en toda regla. El desconocido gritaba con voz desencajada:
- ¡Estos libros son el mismísimo diablo en persona, que alguién venga inmediatamente y se los lleve lejos, bien lejos, que los queme!
El director del colegio, don Pedro, alarmado por los gritos acudió en su ayuda pero al intentar poner orden a semejante desbarajuste cayó también al suelo atrapado por los rebeldes.
- Se lo dije, se lo dije - respondía el jefe de estudios.
El pequeño Lucas, aprovechando la ocasión, decidió escabullirse de la clase, atravesó el pasillo que conducía a la calle y corrió sin parar en dirección a su casa. Por el camino se encontró con Saïd. A punto estuvo de contarle su gran aventura, pero no lo hizo. Decidió que aquel secreto no debía ser compartido con nadie, si siquiera con sus padres, primero, porque se lo había prometido a los libros mágicos y después porque su intuición infantil le decía que nadie le iba a creer.
Mientras tanto, en la clase de los libros mágicos, el jefe de estudios y don Pedro continuaban intentando desprenderse de aquel ejército literario intocable y absurdo que aprisionaba sus cuerpos. Al ver que los intentos eran vanos desistieron de su empeño organizativo y una vez liberados de aquella carga se alejaron, no sin antes cerrar el aula con llave en previsión de acontecimientos indeseados. Lo primero que hicieron fue dar parte de lo ocurrido al resto del grupo.
El aula se abrió al día siguiente. Lo que sus ojos pudieron contemplar formaba parte de un cuento surrealista y hasta macabro dado el temor que les acongojaba, aún así, se fueron acercando casi sin respirar hacia el encerado. Aquel ejército de libros había ocupado la gran tarima formando un tapiz multicolor donde se podía leer la siguiente frase: "no nos moverán, la escuela no se cerrará"
Visto la complejidad del caso decidieron contactar con un experto en fenómenos paranormales, hablaron con el alcalde del pueblo y hasta consiguieron que un ministro del gobierno les prometiese que acudiría a la reunión programada para el día siguiente.
Así fué, al día siguiente se reunieron todos en la sala de profesores. No lograron encontrar ninguna solución. Los libros mágicos habían ganado la batalla. Bajo juramento, acordaron mantener en secreto lo sucedido, no era cuestión de reconocer ante el pueblo que se vieron forzados a tomar decisiones en contra de su voluntad por unas circunstancias que no tenían explicación posible y que les dejarían en muy mal lugar.
Por unanimidad, decidieron, finalmente, poner en marcha algunas mejoras añadidas que solucionarían en gran medida muchos de los problemas que acuciaban al sistema.
Por unanimidad, decidieron, finalmente, poner en marcha algunas mejoras añadidas que solucionarían en gran medida muchos de los problemas que acuciaban al sistema.
Todo el pueblo celebró aquella decisión y agradecieron al ayuntamiento la impagable iniciativa de contratar un servicio de transporte de autocar para enlazar con otros pequeños pueblos, hasta entonces de imposible acceso, que posibilitó la escolarización de otros muchos niños. La escuela fue creciendo tanto en alumnado como en instalaciones. Se habilitó una clase para adultos. El pequeño Saïd también tuvo acceso a la enseñanza y sus padres pudieron aprender a leer y escribir gracias a la eficaz labor de intermediarios que llevaron a cabo los maestros.
En la acualidad Lucas es maestro. Él sabe muy bien que aquella vieja enciclopedia y todos los libros del mundo tienen voz y su lenguaje es lo más valioso que existe, tan solo hay que saber escucharles.
Oh! una maravilla para que lean los niños, Fina. Ojalá ocurriese en otras partes del mundo.
ResponderEliminarParece una labor bonita la de un número extraordinario cada año en favor de la humanidad. Aunque l ONU parece ir en pique con su propósito de mantener la paz mundial, desde el 2000 cuántas guerras no se han generado y ahora parece que esa organización de nobles orígenes se ha convertido en el juguete de los poderosos.
Una felicitación a los miembros de la revista, en particular a ti, Fina por tu hermosa labor.
Gracias por tu felicitación, por tus palabras, querida Beatriz, y llevas mucha razón en todo lo que dices, las guerras y tantas y tantas injusticias siguen y siguen y da la sensacion que los que realmente podrían solucionarlo o por lo menos paliarlo no estan por la labor.
EliminarUn beso fuerte para ti
Fina
Querida y admirada Fina, me ha encantado y emocionado tu cuento maravilloso. Te felicito a ti y al grupo de poesía ALGA por tan estupenda labor.
ResponderEliminarUn afuerte abrazo, amiga.
Gracias por tus palabras de felicitación, querida María. Cada año llevamos a cabo esta tarea.
EliminarTantas cosas hay por hacer y, sin embargo, quienes tienen la llave para solucionarlas no les da la gana, o no interesa , que esa es otra...
Un abrazo
Fina
Un relato con un enorme valor didáctico, Fina, además de entretenido y seguro que del gusto de los niños.Nadie mejor que los libros para defender la cultura.
ResponderEliminarOjalá que ese compromiso de las Naciones Unidas se cumpla.
Abrazos.
Es complicado todo este tema, Jerónimo. Yo quiero pensar que los valores existen, y los compromisos, y la lucha por una sociedad mejor. Pero cuando uno mira a su alrededor, se defrauda bastante.
EliminarUn abrazo y feliz noche
Fina
Que iniciativa tan maravillosa!!! Te felicito por la intención tan bonita y por el cuento, encantador, entretenido, mágico e inspirador! Los libros son grandes compañeros de vida!
ResponderEliminarUn abrazote!
Gracias, Natalia, pero la inicativa es del grupo; de hecho, mucho antes de que yo formase parte del grupo ALGA ya se realizaban estas jornadas de solidaridad.
EliminarTe mando un beso
Fina
wwaauuuuuuuu me encantó amiga !! me atrapó y cuanta enseñanza nos dejas aqui , si me das permiso me lopodría llevar tu entrada respetando tu autoria colocoría el link de tu blog en mi blog de libros lo publicaría mañana que bueno está!! uufffff te dejo el link de mi otro blog besos y feliz día desde mi brillo del mar
ResponderEliminarhttp://elrincondelibrosusados.blogspot.com.es/
Bueno, Beatriz, siempre y cuando especifiques autoría y demás, tal y como dices en tu comentario, puedes colocar el cuento.
EliminarTe envío un abrazo fuerte y muchas gracias
Fina
Fina
Fina vine a ver porque había anotado en avisame y no me llegó jope, pos claro todo todo lindo y tu autoría yi todo me parece que vale la pena compartir esta información y tu cuento es encantador no te preocupes amiga mañana lo hago por cierto le he dado un cambio a mi blog de libros hasta el url se lo cambié te lo dejare yo aqui cuando lo hay hecho mil gracias guapa!!!.. oye otra cosita jejejejeje me encantó tu comentario de hoy uuffffff mil gracias!! besos mil desde mi brillo del mar
EliminarFiniña, no sólo tienes una magnífica imaginación, como la del protagonista, :), sino que encima, la has puesto al servicio de una buena causa.
ResponderEliminarEl cuento me parece muy bueno. Tiene gracia y complicidad y , claro está, un bonito mensaje.
Qué importante es el tener acceso a una educación!!
Biquiños, nena.
Tener acceso a la educación a estas alturas, debería darse por echo en todas partes, querida amiga Ohma. Aunque a veces no se que me da por pensar porque tal y como va las cosas ( como los cangrejos, hacia atras), reduciendo de aqui, reduciendo de allá..., en fin, todos sabemos que la incultura trae ignorancia y la ignorancia dependencia y la dependencia.., y no sigo, la lista es demasiado larga, pro se sobreentiende...
EliminarBiquiños y feliz domingo, admirada Ohma
Fina
Disculpa la errata: HECHO, ES CON "H"
EliminarEl fomentar la educación es algo que no deberíamos olvidar nunca.
ResponderEliminarSiempre he oído que el libro es el mejor amigo del hombre.
Me ha encantado tu relato, he pasado un ratito muy agradable leyéndolo.
Yo soy de las que le encanta pasar las páginas de un libro, sentir su tacto, su aroma, empaparme en lo que dice y empezar a soñar con su historia, ya me vas conociendo un poco y sabes que soy así de romántica.
Me han regalado E_Book pero no es lo mismo.
Te dejo un abrazo y cariño muy especial.
Kasioles
A mí me sucede tres cuartos de lo mismo, querida Kasioles, yo soy de libro, de acariciar papel, pasar hojas. el último que he leido ha sido "EL TIEMPO ENTRE COSTURAS", ahora sigo la serie, no se si la sigues tú. el próximo que voy a empezar a leer es de la misma autora: "MISIÓN OLVIDO", a ver que tal...
EliminarY gracias por tus palabras hacia ese cuento del pequeño Lucas.
Un besazo
Fina
Hola, Fina, amiga,
ResponderEliminarTu Cuento, me parece una maravillosa forma de dar protagonismo a quien realmente lo merece. A ejemplarizar el esfuerzo y la buena educación que comienza en la propia infancia.
La pérdida de valores es una gran lacra social.
Un fuerte abrazo, y gracias por participarnos esta lectura.
MIra, tengo ganas de decirlo, Celia, tal y como está la situación hoy en día, me da mucha rabia que en el tema de la enseñanza se lleven a cabo recortes. No lo entiendo.
EliminarBesos, amiga, y gracias por compartir.
Fina
Hermoso cuento Fina.. muy hermoso lo he leído fascinado.. y me ha encantado.. gracias... tienes un bello blog.. vendré a visitarte.. gracias...
ResponderEliminarJuan José Cautivo
Gracias, Juan Jose, la admiración es mútua. Yo te sigo desde hace tiempo, lo que ocurre que publicas muy de tarde en tarde.
EliminarUn abrazo
Fina
Me ha emocionado y encantado este fascinante cuento.
ResponderEliminarLa educación es el principal fundamento del desarrollo humano.
Como dice el Proverbio Hindú:
"Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.
Abrazos y Besos.
Gracias por el regalo del proverbio, querido Pedro . No lo conocía, y gracias por los elogios dedicados a este cuento del pequeño Lucas.
EliminarUn abrazo desde este rincón mediterráneo
Fina
¡Felicitaciones! a ti y al grupo que integras. Se les ve contentos con la labor que realizan. Ojalá sea posible que la educación primaria sea una realidad en todos los niños del planeta, sin esta maravillosa arma nada se puede lograr. De tu relato me encantó que los libros hablaran, es que de niña siempre lo sentí así, algo mágico tienen las tapas de colores, los dibujos y las palabras escritas.
ResponderEliminarUn abrazo siempre para ti.
Bueno, es que la gracia e este cuento creo que esta en la magia de los libros hablantes y Gracias por tus palabras, Taty.
EliminarUn abrazo y felices sueños
Fina
MUY BUENO. GRACIAS POR COMPARTIR.
ResponderEliminarBESOS
Gracias a ti ReltiH, por comentar.
EliminarUn beso
Fina
compartir lo que te gusta es maravillosos
ResponderEliminarCompartir siempre es maravilloso, Mucha.
EliminarUn abrazo
Fina
Mi libro electrónico también habla a veces. Dice algo así como mefaltabateríaaaaaa..... ¿Tú crees que será familia de los libros de esa escuela?
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Ya te aseguro yo que con batería o sin ella, tu libro electrónico no es família de los libros de esa escuela: ¿no será que se queda sin batería por cansarse de acumular tanta envidia del papel mágico?
EliminarUn beso, Amando
Fina
Listo Fina esta en mi entrada de hoy besitos feliz día y gracias otra vez espero que te guste besos desde mi brillo de
ResponderEliminarlhttp://beatrizysuslibros.blogspot.com.es/2013/11/cuentos-magicos-para-ninos.html mar
Acabo de llegar a casa y me pasé a ver tu rincon de los libros usados. Vi el cuento. Gracias, querida, Beatriz.
EliminarPor cierto, a quienes son eruditos de la lectura les aconsejo se pasen por ese rincon de los libros usados de mi amiga Beatriz.
Un beso
Fina
Hola Fina, buenas noches. Vengo del blog de Beatriz, y con tu permiso te sigo y me quedo aquí. Volveré con más tiempo para ir leyendo tus escritos, cuentos y demás. El cuento de Lucas y los libros me ha fascinado, muy humano. Normalmente los niños hacen lo que ven hacer a los mayores y si nos ven que tomar un libro entre nuestras manos y leer es tan normal como el comer ellos lo aran igualmente. Me ha encantado. Te felicito. Un cordial saludo.
ResponderEliminarLola Barea.
Hola, Lola, en primer lugar te doy la bienvenida a este rincón de poesía y, en segundo, agradezco las palabras dedicadas a mi cuento de "Lucas y los libros mágicos". Curioseé tu blog. Habrás comprobado que me tienes como nueva seguidora. Por mi parte estaré al tanto de tus nuevas entradas para poder comentar.
EliminarUn cálido abrazo
Fina
Preciosa historia de Lucas que, sin duda, le sirvió en su carrera docente para incentivar la lectura en los niños. Los libros dan el aprendizaje silencioso pero sabio y aunque no se pise una escuela física, encontraremos, como autodidactas, la sabiduría y el conocimiento en ellos.
ResponderEliminarUn cuento con la noble propuesta de incentivar la lectura en los niños y adultos.
Felicitaciones querida amiga.
Abrazos y buen amanecer.
¿Sabes, CecielY?, a mi me encanta cuando veo un niño con un libro en la mano, bebiendose las palabras, entusiasmado, Aunque no es una imagen que se observe a menudo en la actualidad, las maquinitas se llevan la palma. Aunque soy de las que opina que la incentivación debe de empezar desde muy pequeños, en el núcleo familiar. Los niños absorben todo, si ven que en la familia hay ambiente de lectura es del todo probable que ellos sean unos futuros lectores. La escuela es el segundo paso y ambos cauces deben de complementarse siempre
EliminarUn abrazo y feliz día tambien para tí.
Fina.