RETROSPECCIÓN
Mis ojos no daban crédito a lo que veían. El paseo de Legan se había tornado desconocido para mí. Sentí una desagradable sensación de ahogo en mi pecho. ¿Qué jugarreta me había preparado el destino? El bullicio matinal había dado paso a una extraña quietud, sin viandantes ni vehículos en circulación, sin aromas de ciudad. Un largo sendero sustituía a la gran avenida. Aturdida y temerosa, pero al mismo tiempo esperanzada, seguí por aquella senda buscando la plaza de Recoletos; sólo pude divisar una extensa campiña que ocupaba su lugar. Los grandes bloques que circundaban mi barrio habían sido sustituidos por un espeso bosque de pinares y eucaliptos; la vieja fuente de piedra y también los bancos de madera que en mis tardes de asueto abrigaron tantas horas de lectura habían desaparecido. Tan solo seguía en pie el edificio que habitaba desde hacía años y noté que aquella estructura lloraba de tristeza como yo. Aquel lugar era una imitación de mi otra tierra, la que me vió nacer y que tanto y tanto amaba, pero esa ya tenía su lugar, no quería sustituirla. El miedo empezaba a hacer mella en mi cuerpo. Corrí asustada y perdida en medio de aquel lugar que se me figuró tenebroso y solitario. Quería recuperar mi ciudad, la que me había adoptado y que sentía como propia, la necesitaba tal y como era, con los cambios propios de su evolución en el tiempo, con sus defectos y sus virtudes, siendo ella misma, porque mi corazón albergaba espacio suficiente para compartir ambos amores y los quería con personalidad propia para poder disfrutar de la riqueza cultural y humana que ambos me aportaban. Caminé horas y horas hasta acabar exausta buscando el espacio que se me había arrebatado y allí, agazapada entre aquel matorral desconocido lloré como una niña pequeña en busca de su madre perdida.
Una suave melodía me hizo volver a la realidad. El mecanismo del despertador se había puesto en funcionamiento. Terminé de desperezarme, miré el reloj. Eran las siete de la mañana. Aquel sueño se había convertido en una pesadilla. Estaba temblando y me di cuenta que por mis mejillas resbalaban dos lágrimas. Observé a través de la ventana y sonreí. Mi ciudad seguía siendo la de siempre.
Lo importante es que a pesar de las lágrimas vieras nuevamente a tu ciudad a través de ellas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, ese sueño no lo tuve, el relato es fruto exclusivo de la imaginación.
EliminarTe mando un abrazo y feliz día, Rafael
Fina
Esas pesadillas suelen reflejar temores que tenemos. Y qué alivio descubrir que solo fue un sueño!
ResponderEliminarDonde somos felices no queremos que cambie porque nos hemos identificado con el lugar. Pero los cambios son inevitables. Es el empuje de la vida.
Muy bonito el relato, Finiña.
Unha forte aperta.
La vida no es estática, efectivamente, Ohma, y los cambios son inevitables, y ya nos va bien, ya, porque en caso contrario sería super aburrido nuestro viaje, asi que un poco de pimienta, una pizca de sal, y alguna cucharada de vinagre, y a caminar que es lo nuestro...
EliminarBoas noites. Biquiños
Fina
...y azucar todo lo que se pueda. ¡¡¡me olvide de lo más importante!!!, Ya me vale...ja, ja, ja, ja, ja...
EliminarFina,
ResponderEliminarCuando adoptamos una segunda ciudad como propia, siempre queda en el fondo ese temor de perderla, de volver a ser jalados hacia la primera, puede que eso produzca sueños como este.
Me alegra que el final fuera feliz.
Saludos grandes.
Muchas veces los sueños se mezclan con la realidad y se forma una combinación de lo más explosiva, ciertamente. Bueno, tengo que decir que este sueño no lo tuve, eñl relato es pura imaginación.
EliminarUn abrazo, Beatriz
Fina
Lo mejor de los sueños que nos angustian es el despertar y comprobar que todo fue eso, un mal sueño. La alegría que nos invade entonces es una compensación a las malas horas pasadas entre las garras de un mal sueño.
ResponderEliminarSí, muchos como tú vivimos en una ciudad distinta a la que nos vio nacer y es cierto que se termina por amarla tanto o más que a la primera.
Interesante relato Fina.
Abrazos.
Es verdad, Jerónimo, cuando tenemos una pesadilla, al despertar y darnos cuenta que solo fue un sueño, nos entra un alivio por el cuerpo...
EliminarYo siempre digo que soy gallega de corazón y catalana de adopción, pero a ambas tierras quiero, tal vez de distinta forma. pero las quiero.
Un fuerte abrazo
Fina
Al final terminaste sonriendo que es lo importante, saludos, gran relato.
ResponderEliminarGracias, Boris, agradezco tu comentario.
EliminarUn abrazo y feliz día
Fina
Estimada amiga, que bonito relato; que bien escribes y con que sencillez; te lo digo de corazón, para mi, es un placer leerte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias, por tus palabras. El placer es para mí tenerte como seguidor, amigo Manuel. Espero y deseo que el año recien iniciado te esté siendo propicio, creo que te lo mereces.
EliminarUn fuerte abrazo
Fina
MAGNIFICO RELATO!!!! ME TRAMA.
ResponderEliminarUN ABRAZO
¡¡¡Gracias, ReltiH!!!
EliminarFeliz fin de semana y un abrazo
Fina
Fantasías peligrosas
ResponderEliminarque terminan en pesadilla
aunque siempre queda el despertar.
Magnífico.
Gracias, MTeresa. Los sueños tienen esas cosas, parece que uno sufre pero después la liberación es fantástica con el despertar. De todos modos, este relato no fue visualizado en mis sueños. La imaginación tuvo la culpa del resultado.
EliminarUn abrazo
Fina
Fany amiga jope me fui contigo a ese parque me conmoví al ver que solo un edificio estaría vivo, aún me pasee contigo por horas casi me entró nostalgia y zasss era una pesadilla jajajaja que te quiero decir?? MAGISTRAL!!! tu relato, un escrito que logra conmover, atrapar de principio a fin como lo hiciste conmigo esta noche es un excelente escritor osea tú uuffffff que buen relato vale gracias de verdad besos mil desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias a tí por regalarme comentarios tan sabrosos, querida y dulce Beatriz.
EliminarDesde mi rincón mediterráneo un besazo para tí
Fina
Lástima, con lo apasionante que sería ver desaparecer para siempre las ciudades que nos ocultan el auténtico sendero... Lo siento, otra vez será.
ResponderEliminarSalud-os
Ja. Ja, ja, ja...bueno, ese sendero tiene miga porque suele ocultarse a nuestra vista demasiado a menudo aunque no haya rascacielos.
ResponderEliminarAbrazos
Fina
Un relato que envuelve, para hacer magnifico el despertar.
ResponderEliminarSalud y fuerza.
J.M. Ojeda.
Bueno, últimamente no estan las historias para despertares maravillosos, Jose Manuel, pero, de momento, me conformo con los míos que los puedo abrazar diariamente.
EliminarUn abrazo
Fina
Wow ! Que buen final ! De ahora en adelante disfruta mas la ciudad...mas todavia...jeje Que bueno que fue un sueño. Un beso.
ResponderEliminarGracias, Idolidia, Los sueños tienen esas cosas, aunque esta historia no fue real ni en mis sueños, solo imaginaicón cuando la escribi.
EliminarUn abrazo y feliz dia de miercoles
Fina
Las ciudades Como las amamos es increible
ResponderEliminarMe ha encnatdo tu texto
Bueno, como este relato solo es fruto de la imaginación, te diré que yo vivo en una ciudad pero no excesivamente grande, pero tmabién soy una enamorada de la naturaleza,
EliminarUn abrazo y feliz día,
Fina
Me alegro mucho que esa ráfaga de pensamientos tormentosos, sobre tu ciudad, hayan quedado en tu imaginación. Siempre queremos encontrar el mismo paisaje de antaño, pero, todo cambia y se transforma. Por lo menos la antigua ciudad queda en la memoria.
ResponderEliminarPaso a agradecer tus generosas palabras, Fina ... y a decirte que este período de "bloguera" lo tomo como un fructífero stage en el campo de las artes y como un rocío de cariño y amistad en el campo humano. Gracias por ser y estar en mi camino.
Hasta la vuelta amiga.
Abrazos.
Fina, puedo usar tu escrito para ejemplo de mi clase de Literatura?
ResponderEliminarGracias!
Unknown, no puedo dar respuesta a esta pregunta tuya por una razón evidente: desconozco quien eres, pues no puedo acceder a ningún blog, correo, o saber de alguna forma con quien estoy contactando , así que si eres tan amable y me facilitas alguna información tuya, no tendré inconveniente en responderte de nuevo.
EliminarTodos los trabajos que en este blog aparecen están debidamente registrados y sólo se puede hacer uso de ellos con mi autorización y debidamente especificado el nombre del autor.
Fina