LA GRANDEZA DE UN SOÑADOR QUE NO QUISO DESPERTAR ( CUENTOS Y RELATOS BREVES 5)

LA GRANDEZA DE UN SOÑADOR QUE NO QUISO DESPERTAR

El mundo viraba entre lodos y ciénagas abrazando latidos de vida, esperanzado, despertando conciencias que caminaban sin control, luchando contra corriente y siempre predispuesto a cruzar a la otra orilla donde la sinrazón dormía en las profundidades de la inexistencia, donde la esencia vital del ser humano se llamaba grandeza interior. Las heridas de su piel eran como efímeras ráfagas de aire que desaparecían sin dejar huellas de rencor para atesorar en su lugar nuevas esperanzas; entonces brillaba la luz, del mismo modo que brilló aquel día.

Envuelto en océanos de lágrimas, escuchó aquellos latidos, latidos que hicieron rejuvenecer su fatigado corazón; un entramado de sístoles y diástoles ruborizaron su piel, caudales de luz anegaron ciénagas y despejaron horizontes. Allí estaba un nuevo soñador de los caminos respirando al compás del viento, sorteando los precipicios con la clarividencia de un gran pensador, de un gran equilibrista emocional, con las puertas de su generosidad permanentemente abiertas y los demonios internos inánimes de alimento, feneciendo sin compasión. Le tendió la mano y toda la belleza que atesoraba y el soñador de los caminos, extendiendo la suya, abrazó aquel tesoro dispuesto a surcar el mar de tempestades a bordo de su barca, aferrado a los remos con la firmeza de quien sabe que luchará por no ser náufrago engullido por los profundos y negros abismos.