miércoles, 26 de febrero de 2014

LA NUEVA ORILLA (VERSOS CON ALMA 46 )

Imagen de la red



LA NUEVA ORILLA
(soneto asonante)


En solidaridad hacia todos esos seres humanos que se juegan la vida huyendo de guerras y situaciones tercermundistas en busca de una vida donde la palabra dignidad tenga sentido.



Zozobra la barca en  la travesía

con cien cuerpos ocultos en la noche.

Todos huyen, no entienden muy bien donde,

arrebujados en melancolía.



Que importa si en el mar llueve agonía.

La fuerza los ampara. Sin temores

reman y reman clamando a sus dioses,

frotando su piel cual mancha maligna.



La luna está muy triste, anda perdida.

Lloran las nubes lágrimas de pena

ante esos indefensos de la vida


dispuestos a cruzar la nueva orilla

donde no existan muros, ni cadenas,

ni cenizas de muerte, sólo días.


jueves, 20 de febrero de 2014

DAMA DE PIEDRA ( VERSOS CON ALMA 45 )



IMAGEN EXTRAID DE LA RED

IMAGEN EXTRAÍDA DE LA RED

IMAGEN EXTRAÍDA DE LA RED







TODAS LAS IMÁGENES PERTENECEN AL MUNICIPIO DE CESURAS







DAMA DE PIEDRA
 (verso libre)


En cimbreante vaivén

esbeltos príncipes en cortejo

alzan sus copas hacia tí,

vieja dama de piedra.

Mi niñez aprendió a quererte

y hoy,

en  obligada lontananza

sigue tu recuerdo

segregando luz a mis sueños,

desnudando mi alma

cada anochecer.



Querida dama centenaria,

el viento y  la lluvia han viajado a mi posada,

trajeron aromas que huelen a tí,

impregnando a mi piel

de fuego de hogar,

de vida.

¡Cúantas historias abrazaste!

fortaleza de malos tiempos,

de batallas malditas.

Silente testigo de nieves de verano,

de glaciares encendidos,

de amores y desamores,

de placeres prohibidos,

de lágrimas, de risas, 

de trabajo compartido,

de tantas vidas perdidas,

del primer llanto de un niño,

vieja dama de piedra,

el tiempo acicaló tu piel

con el color del otoño,

pero en tu lecho reverdecen

brotes de eterna primavera.



Nada temas, 

tú no has de ser olvido

aunque un disfraz recomponga

tu piel marchita,

aunque tu respiración ahogen 

con excelsos castillos,

nada temas

que no fenece el recuerdo,

engendra raíces

que enmarañadas en el viento

viajan con los sueños

de quien te amó.



Plasmó el viejo pintor en su lienzo
aquella imagen de antaño
mientras el pequeño Benjamín, 
arrebujado entre sus brazos,
dibujó sus labios 
en la flácida mejilla.

miércoles, 12 de febrero de 2014

HAIKUS (VERSOS CON ALMA 44)




HAIKU Nº 17



Hoy mi ciudad

viste atuendo de novia.

Calles vacías.

                                                                                          
  
 

 
HAIKU Nº 18



  Largo sendero. 

  Vuelvo la vista atrás.

Piel de tormenta.

miércoles, 5 de febrero de 2014

EL ESPEJO ( CUENTOS Y RELATOS BREVES 12 )






EL ESPEJO
 

Albergaba la esperanza de encontrar un respuesta, un porqué. Su cabeza era un caos, un hervidero de interrogantes. Se miró en el espejo una y otra vez; últimamente lo hacía con frecuencia, rayando lo patológico, como una especie de fustigación personal. La incapacidad de reconocer su propia imagen la trastornaba. Sobre la mesita de noche, un álbum de fotos desnudaba un interior vestido de sonrisas que agredían a la tristeza y que atravesaban piel de terciopelo y miradas de ingenuidad. Esparcidas por la cama, algunas prendas de ropa aromatizadas con aromas del ayer se dejaban acariciar por sus manos, por su cuerpo. ¿Qué le sucedía?, ¿qué diablos le sucedía? Volvió, de nuevo, la mirada hacia el espejo y no vio nada o, más bien, sí, vio el alma de un horizonte lejano cercado por un mar en calma donde los rayos de sol retozaban en su aguas con liviandad de atardecer. Un extraño impulso la hizo retroceder temerosa. Por unos momentos se sintió incapaz de movilizar un solo músculo de su apergamimado cuerpo, pero reaccionó enseguida; tal vez aquella era una señal. Recogió las prendas, guardó el álbum de fotos ¿y el espejo?, ¿dónde estaba el espejo? Había desaparecido. Acercó sus manos a la cara; la comisura de los labios dibujaron una sonrisa. La noche naufragaba en el pretérito horizonte. Por fín tenía la respuesta. El presente la esperaba y ella no le había hecho caso; un presente que lucía sosiego de otoño y el único capaz de plasmar su imagen en espejos de realidad.