sábado, 28 de noviembre de 2015

UN TIEMPO SIN TIEMPO ( CUENTOS Y RELATOS BREVES 23 )




UN TIEMPO SIN TIEMPO

El mundo avanzaba inmerso en un caos absurdo. El pensamiento humano, acuciado por la desesperanza, navegaba a la deriva en busca de su horizonte perdido. 

En aquel mar de aguas turbias, dos entes invisibles medían sus fuerzas luchando con la palabra. Poseedor de una mirada enigmática y sonrisa ladina, el más corpulento de los entes regalaba improperios a diestro y siniestro mientras su compañero, de talante apacible, trataba de hacerle entrar en razón.

-    Estás ignorando las consecuencias de tus propias enseñanzas, ¿ por qué no miras a tu alrededor?, el mundo se desangra por los cuatro costados.
-    ¿Y qué?, ¿no sabes que soy la gran fuerza, el gran maestro del ser humano?, me sigue a todas partes, me idolatra.
-    Tu poder es ignorancia y no te das cuenta.
-    ¿Qué quieres?, ¿qué me asemeje a tí? Cada vez pierdes más adeptos, no te hacen caso, compañero, vives en una constante utopía.
-    Las fuerzas del bien son infinitas.
-    Y las mías invencibles.
-  Lo infinito no  muere, de lo invencible  habría mucho que decir. Puede resquebrajarse y envejecer para terminar despareciendo.

De pronto se escuchó un gran estruendo.
La tierra, en su delirio, fue catapultada bajo las entrañas de los rojos abismos. La humanidad despertó de aquel sueño tétrico caminando por los mares en busca de la tierra perdida. En los altiplanos la vida nacía a la primavera, una primavera sin flores ni sonrisas.




-    María, ¿María?, ¿María, que te sucede?, María, despierta, mi amor, despierta.
-    ...
-    María, estás temblando.
He tenido una horrible pesadilla, Carlos. He soñado que el mundo se resquebrajaba, y que una fuerza sobrenatural abría caminos en el mar y de sus profundidades surgía vida humana. Alguién les guiaba. Decía que se dirigían hacia un mundo nuevo, una sola ciudad donde las fronteras no existían. De pronto me sentí rodeada de seres humanos. Parecían robots que se dejaban llevar por aquel líder enigmático y extraño. Todo era de color gris y negro, nadie sonreía. Intenté tomar la dirección contraria, pero una fuerza misteriosa me empujaba y me empujaba hacia aquel ejército de muchedumbre sin raciocinio. Quise gritar, gritar, gritar, pero mi voz.., mi voz.., ¡oh, Dios mío!, mi  voz...

Volví la mirada hacia atrás. No vi ni una sola huella. Estaba recorriendo el camino de la nada.   
  

domingo, 15 de noviembre de 2015

ALDEANA VIEJA ( VERSOS CON ALMA 80)





ALDEANA VIEJA
(Romance)



Se sentaba cada tarde
en aquel banco de piedra,
vestida siempre de negro
iba la aldeana vieja


y en el rostro dibujaba
un gran rictus de tristeza.
Tan enjuta era su imagen
y tan lentas sus maneras,


¿qué pensamientos secretos
llevaría en su cabeza?,
seguramente lloraba
recordando sus miserias.


¿Qué injusticia cometió
aquella aldeana vieja?,
¿por qué la dejaron sola?,
¿por qué se olvidaron de ella?,


pero bien que lo sabía,
con el tiempo se hizo añeja
y si una flor se marchita 
hay que dar paso a una nueva.


Que más da todo el cariño
regalado sin pereza,
otros vendrán para darlo
es ley de la "sin conciencia";


que más da esa piel de llanto
que ninguno tuvo en cuenta,
en tierra que ya dio fruto
no hay lugar para cosecha,


se precisan otros brazos
que acojan la primavera,
el invierno hay que olvidarlo,
muy bien lo sabe la vieja.


Mas cuando pasen los años
y ellos tambien envejezcan,
esa venda de los ojos
que llevaron por bandera


caerá sin  remisión
y en su mirada pertrecha,
poso de arrepentimiento,
enraizará la pena


mientras lágrimas de sangre
se abrazarán a la ausencia
de una vida que olvidaron,
de un amor de madre vieja.

domingo, 1 de noviembre de 2015

GOLPES DE LLUVIA ( VERSOS CON ALMA 79 )





GOLPES DE LLUVIA






Regaló su desidia a la penumbra

y en la vertiente que proyecta el tiempo

cultivó sueños que no duermen, viento

que despierta la voluntad. Cordura



atrapada en silencios que al fín mudan

plumaje en busca de nuevo destierro.

Yace la sinrazón. Aquel viajero

de soledades frías, testarudas,



baila mostrando libre desnudez,

premiando a su consciente con destellos 

de luz, sin contrapuntos que mutilen



certezas, sin demonios acechando

la periferia de su mente, lúcido

frente al espejo de su propio yo.