miércoles, 4 de enero de 2017

ENVIDIA SANA. MONÓLOGO Nº 2 ( CUENTOS Y RELATOS BREVES 27)




ENVIDIA SANA
(Monólogo nº 2)



Que opino de la expresión: "envidia sana"

Mi opinión personal es que no existe. Un estado emocional que se alimenta de negatividad no puede calificarse de envidia sana, por lo tanto su adjetivación queda fuera de contexto para mí. La envida es un demonio traicionero, invasivo, un pecado que ha desarrollado grandes raíces en la mente del ser humano, sobre todo, suele atacar a quienes adolecen de seguridad en sí mismos induciéndoles a llevar permanentemente una careta defensiva para esconder ante los demás sus propias carencias y su baja autoestima. El gran problema es que puede convertirse en un "sálvese quien pueda" y, en este caso, el duelo estaría servido: zancadillas, difamaciones, veneno de serpiente para anular al envidiado. Pienso que aceptar el triunfo ajeno es sumamente necesario para la salud mental y para ello es menester aleccionar a nuestra mente sobre la importancia de aprender a valorar nuestras propias cualidades encauzándolas por el camino correcto; pero uno se puede preguntar; ¿cúal es el camino correcto? No nos andemos con chiquitas que, como aventajados e inteligentes humanos, conocemos bien ese camino, otra cuestión es que decidamos poner una venda en los ojos y verlo todo desde una perspectiva opaca para despistar a la razón que, de primera mano, nunca se presenta demasiado generosa, pero, ¡ojo!, existe un arma de doble filo, esa veleidad traicionera que nos acompaña a menudo y que dibuja fachadas excelsas que nos cautivan; es entonces cuando hay que saber dilucidar lo vacuo de lo fundamental porque las veleidades acarrean excesivos peligros que sólo se ven al final del trayecto, cuando ya no hay vuelta atrás.